Descubrir “Qasbah del Udaia” debe ser el punto de partida de la visita de Rabat. Se trata de pasar por un antiguo bastión fortificado, construido en el siglo XII por los almorávides. Pintoresco y lleno de encanto, está en la lista del patrimonio universal de la UNESCO desde 2012. Con vistas al río Buregreg, la Qasbah es un pequeño pueblo de la ciudad con un aspecto mediterráneo, particularmente marcado por el predominio del azul y el blanco, lo que se explica por la presencia durante muchos años de musulmanes andalusíes expulsados de España a principios del siglo XVII. Sirvió de base para los ejércitos que iban a la conquista de Al-Andalus. “Ribat Al Fath” (el “Campo de la Victoria”), inspirará el nombre actual de Rabat. El ambiente de tranquilidad que reina en la Qasbah lo convierte en un lugar de relajación y paseo ideales. La Kasbah toma su nombre de una tribu del Sahara: la Udaia.
Su arquitectura y los diversos monumentos históricos que se encuentran allí, atestiguan la influencia de las diferentes dinastías que han permanecido allí, almorávides, almohades y alauitas. Una excursión por la Qasbah comienza generalmente desde el recinto almohade y su puerta sublime y monumental, Bab El Kebir, muy popular entre los turistas. Luego está la residencia real Alauita, así como la casa principesca erigida al oeste de las murallas, sin olvidar la mezquita Yamaa el Atiq, o el edificio militar de Torre Squala. La Qasbah de Udaia, que está todo en acantilados, con impresionantes vistas del río y de la medina de Salé, alberga un museo etnográfico con una hermosa colección de objetos, ropa y joyas. Esta colección pone de relieve toda la habilidad de los artesanos del reino. La Qasbah incluye también jardines andaluces y la mítica cafetería Maure. Este sitio sigue siendo un lugar mágico, exótico y que merece la pena visitarlo.